Gastronomía Francesa.
La gastronomía de Francia está considerada como una de las más importantes del mundo. Está caracterizada por su variedad, fruto de la diversidad regional francesa, tanto cultural como de materias primas, pero también por su refinamiento.[1] [2] Su influencia se deja sentir en casi todas las cocinas del mundo occidental, que han ido incorporando a sus bases conocimientos técnicos de la cocina francesa. Varios chefs franceses tienen una gran reputación internacional, como es el caso de Taillevent, La Varenne, Carême, Escoffier, Ducasse o Bocuse.
Fruto de la evolución centenaria de la nación francesa, su gastronomía ha ido reinventándose sucesivamente con el paso de la historia, los movimientos sociales, políticos o artísticos, la evolución en el tipo de jornada laboral y el acceso a nuevas y diversas materias primas. El origen de las sucesivas vanguardias culinarias fue siempre la ciudad de París, donde residían los chefs encargados de la realeza, figuras en algunos casos de extrema importancia en la sociedad de la época y cuya influencia se extendía al resto del Reino y del orbe
El desayuno francés suele seguir las pautas tradicionales de
Suele acompañarse de bebidas calientes (típicamente café au lait, pero también chocolate o té) y ocasionalmente de zumos o piezas de fruta.
Como en casi cualquier país la comida que puede encontrarse en los restaurantes será por lo general más copiosa que la que consume la gente de a pie en sus casas.
La gastronomie de
Un fruit de l'évolution centenaire de la nation française, sa gastronomie est allée étant successivement réinventé avec le pas de l'histoire, des mouvements sociaux, politiques ou artistiques, de l'évolution dans le type de journée de travail et l'accès à de nouvelles et diverses matières premières. L'origine des avant-gardes successives culinaires a toujours été la ville de Paris, où les chefs chargés de la royauté résidaient, des formes dans quelques cas d'importance extrême dans la société de l'époque et dont l'influence gagnait sur le reste du Royaume et de l'orbe
Le petit déjeuner français a l'habitude de suivre les règles traditionnelles de l'Europe continentale (moins copieux que celui-là des pays des anglophones). Il faut souligner que, bien que
Il(Elle) a l'habitude de s'accompagner des boissons chaudes (typiquement un café au lait, mais aussi un chocolat ou un thé) et accidentellement des jus ou des pièces de fruit.
Comme dans presque n'importe quel pays la nourriture qui peut se trouver dans les restaurants sera en général plus copieuse que que les gens consomment d'à pied dans ses maisons.
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